Con su gran inversión en un nuevo tren de laminación en frío y otras instalaciones en la planta china de Taicang, Waelzholz afianza su presencia en el mercado asiático. Además de duplicar la capacidad, las nuevas instalaciones aumentan la flexibilidad de la planta y facilitan un control de calidad aún más preciso durante la producción. Debido a la pandemia mundial del coronavirus, la puesta en marcha de las nuevas adquisiciones ha supuesto un desafío especial.
«Constatamos que vamos a tener un excelente potencial de crecimiento a largo plazo en China y en los mercados vecinos en nuestros sectores clave de automoción, energía e industria», señala Marc Wiese, director comercial de Waelzholz New Material, al justificar la inversión en las nuevas instalaciones de la planta de Taicang. Sobre el proyecto de ampliación de la planta, ya informamos a finales de 2019 en Waelzholz Newsroom. Wiese: «Con una nueva nave de producción y la duplicación de nuestro parque de máquinas in situ —un tren adicional de laminación reversible de cuatro cajas, ocho zócalos de recocido, una cizalla y un bobinador—, hemos comenzado a ampliar nuestro espectro de actividades para poder beneficiarnos así de la positiva evolución de nuestros clientes actuales, así como de los nuevos». Los mayores desafíos en el camino desde el tablero de dibujo hasta las instalaciones ahora en producción fueron sobre todo la construcción en el delta del Yangtsé y la puesta en marcha en tiempos de coronavirus.
6.500 pilotes para estabilizar los cimientos
Taicang se encuentra a orillas del Yangtsé, el tercer río más largo del mundo con sus 6.380 kilómetros. Esto supuso todo un reto para la construcción, ya que las condiciones del suelo están determinadas por miles de años de depósitos aluviales de arena y limo. Yu Tao, director técnico de la planta, explica: «El suelo de Taicang no es muy firme. Por este motivo, los cimientos de la nueva nave se apoyan en un total de 6.500 pilotes clavados en el solar. Los pilotes de 18 metros de longitud se apoyan sobre un lecho rocoso estable y proporcionan así un apoyo seguro al edificio y a las instalaciones». Como la cimentación por pilotes solo tardó tres meses en ejecutarse, la nueva nave estuvo lista para la instalación de la nueva maquinaria en 2019, como estaba previsto.